viernes, 28 de octubre de 2011

Miedo y Asco en Las Vegas


  Nuestra visita a Las Vegas ha sido extraña y un tanto decepcionante. Quizás demasiado acostumbrados al lujo y la diversión que nos muestran en tantas películas y series de televisión esperábamos otra cosa de la ciudad del pecado. La llegada -aún con Javier entre nosotros- fue especialmente emotiva al acceder de noche desde el norte y encontrarnos una urbe resplandeciente levantada en medio de ninguna parte. El brillo de la ciudad solo compite con los cielos intensamente poblados de estrellas de esta zona desértica. 


  


Al día siguiente, tras montarnos en todo tipo de cacharros espeluznantes en la cima del altísimo "Stratosphere" -nuestro hermoso hotel con capilla de Bodas en el último piso- dimos un rulo por la ciudad y ya sin Javier, pudimos hacer algunas fotos y visitar algunos casinos. 




  Es curioso que las luces del interior de los hoteles, nuestro "Stratosphere" incluido, estén permanentemente encendidas -sin ventanas ni visos de la luz exterior- como si siempre fuera de noche para que los empedernidos jugadores -cual gallinas ponedoras- no sepan en qué hora viven y sigan dejándose los cuartos alegremente. 



  Las Vegas es un extraño y enorme parque temático muy parecido en clima, supuesto glamour y horteridad a Dubai. Imaginamos que ésta copió de aquélla todo menos el alcohol y las señoritas de moral laxa -por lo menos a la vista, porque bajo cuerda te dabas cuenta de que era todo pura hipocresía- y en el fondo todo estaba de alguna manera "permitido".











  Aquí te das una vuelta por París, Venecia, Luxor, Nueva York o el castillo de Camelot en una sola avenida, "Las Vegas Boulevard" más conocida por "The Strip". 








   Paseando te encuentras por las calles mezclados con los turistas gente de toda clase y condición incluidos montones de homeless, personas disfrazadas de Elvis y reclamos increíbles de los negocios y musicales más absurdos.





  Por la tarde nos acercamos al bar del hotel donde ponían -de cinco de la tarde a nueve de la noche- Margaritas, Dry Martinis y cervezas -todas las que te pudieras beber- por 20$ y de repente llega el espeso y aceitoso agujero negro de nuestras memorias. No sabemos por arte de quién o de qué, amanecimos a los dos días envueltos en una nebulosa de resaca con bastante menos dinero en los bolsillos y con una inesperada y agradable sorpresa. Nuestra cómoda furgoneta había desaparecido y en su lugar nos encontramos con este flamante bólido con el que pensamos recorrer el resto de la costa californiana.




 ¿Qué tipo de apuestas hicimos en Las Vegas? ¿Nos casamos con alguna millonaria aburrida? ¿Nos casamos entre nosotros? ¿Podremos divorciarnos en Reno?...



  Como reza la frase: "Lo que pasa en Las Vegas, se queda en Las Vegas" otra cosa es que nos acordemos.
  Muchos besos


  C&A

1 comentario:

  1. Podríamos rodar la 3 parte de "resacón en Las Vegas?
    Lo del coche me tiene muy mosca.....
    Que siga la ruta, que no pareeeee


    Bss

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