Una Meta y un Comienzo

  Hola a todos. Ya hemos cubierto la parte más dura de nuestro viaje y hemos alcanzado una de nuestras grandes metas. Las orillas de Santa Mónica han recogido los cuerpos agotados de estos dos argonautas.

  Pero antes de llegar a la playa y a nuestro destino hemos hecho una pequeña visita a Los Ángeles. Una ciudad caótica plagada de enormes autopistas que están permanentemente colapsadas de tráfico. Nuestra primera parada fue en los Estudios Universal una de las grandes mecas del cine que el merchandising y las ansias de ganar dinero han convertido en poco más que un enorme parque temático (para eso te quedas en Port Aventura que es también propiedad de la Universal y te roban con el mismo placer y solo por una insignificante diferencia de 11.000 kilómetros) 

En las inmediaciones del parque un montón de firmas especializadas en estampar figuras de plástico en las fachadas de sus negocios ayudaban a dar la impresión de estar paseando por Disneylandia. 

  Más adelante un túnel de aire elevaba a un instructor con su alumno en una simulación de vuelo en paracaídas. La casi completa seguridad de que el número de atmósferas proporcionado por el aparato era insuficiente en nuestra ecuación (EGC) X (G+A) : PA* daba un cociente excesivo para la realización del experimento en nuestros cuerpos serranos. *EGC = Exceso de Grasa Corporal, G = Gravedad, A = Altura y PA = Potencia del Aparato

  Nos trasladamos a Hollywood Boulevard, el famoso paseo de la fama donde más de dos mil estrellas grabadas en el suelo recuerdan otros tantos artistas del cine, la música o la televisión. Nuestras preferencias iban desde actores míticos hasta los más afamados directores. 

  Os aseguramos que tratar de caminar durante casi un kilómetro por ambas aceras y leer una estrella cada medio metro es una tarea harto complicada (recordemos que hay grabados más de dos mil artistas y Penélope Cruz) 

  Allí descubrimos que no solo están los actores inmortalizados en el suelo. También pululan por la zona "dobles" que en muchos casos son clavaditos al original. Michael Jackson, Marilyn Monroe, Sylvester Stallone, o el mismísimo Samuel L. Jackson después de recuperar el maletín en Pulp Fiction animaban la zona. 

  En esta misma calle se levanta el mítico Kodak Theatre donde todos los grandes actores y actrices de Hollywood se dan cita en la anual entrega de los Oscar.

  Muy cerca de allí, el Sunset Boulevard muestra los antiguos teatros y actuales clubs de comedia y aún tiene la sede el "Actors Studio" donde tantos grandes intérpretes se formaron.

  Una cita ineludible es acercarse lo más posible al gigantesco rótulo de "HOLLYWOOD"  que se levanta en el Monte Lee. Allí no pudimos menos que contemplar y fotografiar uno de los grandes iconos del cine de todos los tiempos.

  Después del ágape cinéfilo nos volvimos más prosaicos y decidimos acercarnos a dos lugares donde se unen el lujo y el glamour. Beverly Hills, con sus avenidas de robles y de altas palmeras, encierra un barrio de alto standing con grandes mansiones y calles especialmente cuidadas (el resto del asfalto en Los Ángeles es como Madrid, un socavón continuo) Tras pasear con el Mustang descapotado por el barrio salimos antes de que algún vecino llamara a la policía ante la intrusión de dos patanes venidos a menos y que con la boca abierta daban vueltas sin sentido por el lugar.

       Rodeo Drive nos esperaba más adelante con sus tiendas de primeras marcas en ambas aceras y sus coches impresionantes, sus rubias, morenas y pelirrojas impresionantes y sus tipos con sus carteras llenas de impresionantes billetes.

  Después de todas estas interesantes visitas "culturales" encaminamos nuestros pasos hacia Santa Mónica, con sus extensas playas de arena blanca y el muelle donde además de una gran montaña rusa y una enorme noria se encuentra el punto final de la ruta 66. 

  

  Allí hicimos las fotos de rigor y nos acercamos al agua para sentir el helado abrazo del océano pacífico en nuestros doloridos pies (que pasaron del rosa cerdete al azul pitufo en cuestión de segundos)

  De vuelta al hotel, y ante la necesidad de dejar nuestra colección de 300 chapas de "Budweiser" que junto con Javi tan duramente hemos ido recolectando por el camino, decidimos hacer un "graffiti" con el motivo principal de nuestro Gran Viaje. Tras una hora de ardua colocación de las chapas logramos un resultado más que aceptable. Como nos faltaban algunas para terminar la obra bajamos a la tienda de licores de la esquina y liquidamos las últimas doce que completaron el magnífico trabajo etílico-artístico.

  Al día siguiente y tras abandonar abatidos nuestro Mustang en el aeropuerto de Los Ángeles cogimos el vuelo que nos ha traído a Boston, ya en la costa atlántica. Una recomendación, si pensáis que Vueling o Ryanair son compañías de bajo coste no os subáis a un maldito avión de papel de aluminio de American Airlines, por lo menos no en un vuelo nocturno de cinco horas. Nos cobraron hasta por respirar y en sus infames asientos para mutantes subdesarrollados hemos pasado las peores horas a bordo de un avión de nuestras vidas -y os aseguramos que han sido unas cuantas- 

  Boston está ejerciendo de bálsamo a nuestro cansancio y pronto os contaremos más de esta preciosa ciudad.

  Muchos besos

  C&A